jueves, 20 de octubre de 2011

Capítulo 28.

No sabía qué hacer, asique decidí quedarme allí pensando. ¿Ahora qué pasaría con mi vida? ¿Viviría una chica de 14 años sola? Después de esto, ¿qué pasará con los chicos? Y sobre todo, ¿qué he hecho yo para merecerme esto? Algo interrumpió mis pensamientos.
-¿Me puedo sentar contigo?
Era Niall.
-Claro-dije secándome las lágrimas  con mis propias manos.
-Lo siento, de verdad-dijo.
-Niall, me diste tu palabra…-dije volviendo a llorar.
-L o sé y lo lamento. ¿Sabes? Yo perdí a mis padres en un accidente cuando yo tenía 4 años, crecí sin padres.
-Lo siento, no lo sabía.
-Con esto te quiero decir que aquí no acaba la vida, la vida sigue. Estoy seguro que tu madre desde donde esté estará orgullosísima  de ti-me dijo abrazándome.
-La verdad, es que no sé qué haría si no estuvieras aquí conmigo, de verdad-dije mientras soltaba la última gota por mis ojos.
-Volvamos al hospital, yo me encargaré de todo.
-¿Te puedo pedir un favor?-le dije
-No hace falta que lo preguntes.
-¿Me puedo ir a casa? Ahora mismo lo que menos me apetece es ver a gente que me recuerde a mi madre. Me iré a casa a descansar. Dile a los demás que estoy en casa, que no se preocupen por mí.
-Como quieras-dijo dándome un beso de despedida.
Llegué a casa, tenía una llamada perdida en el teléfono pero ni siquiera me di cuenta. Subí a mi habitación, tiré en el suelo mi bolso y me tumbé en la cama mirando el techo. Poco a poco mis ojos se llenaban de lágrimas, poco a poco me daba cuenta de todo lo que estaba sucediendo.

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