jueves, 27 de octubre de 2011

Capítulo 32.

Llamamos a un taxi y vino a por nosotros.
Durante el camino yo miraba hacia el cristal con la mirada perdida, poco a poco se me iban llenando los ojos de lágrimas hasta que finalmente derramé un par de ellas. Niall se dio cuenta.
-Eh, eh, eh, todo saldrá bien. Me dijo tocándome la pierna.
No hice ningún movimiento al oír eso, solamente me sequé las lágrimas con la maga de la chaqueta sin alejar la mirada del cristal.
Llegamos a la iglesia, era una iglesia  pequeñita,  sabía de sobra que a mi madre le hubiera encantado que lo hubiésemos enterrado allí, fue aquí donde se casó por primera vez, según ella, era un lugar mágico.
Paró el taxi, Niall pagó, salió rápidamente y me abrió la puerta, como lo que era, un autentico caballero. Me cogió del brazo y poco a poco me fue guiando hasta la puerta de aquella iglesia.
Pasamos, estaba todo lleno, incluso había gente de pie. Miré hacia un lado , allí estaban Harry y Claudia cogidos de la mano, les sonreí al ver que estaban juntos, en otro lado , María y Liam hablando y en un pico los demás chicos, la demás gente apenas la conocía.
Anduve y todo el mundo se calló, todos me miraban, no me gustaba aquella situación. Seguí andando y miré a la Virgen, más bella que nunca, mi madre me había acostumbrado desde pequeña a pasar habitualmente a esa iglesia a visitar a la Virgen, era tan hermosa y especial aquella Virgen… Empecé a llorar, llorar muchísimo, no soportaría aquel momento. Niall me agarró de la mano y me llevó hasta el primer asiento de aquella bonita Iglesia.
Faltaban 5 minutos para las 11.00 asique tuvimos que esperar. Oía como gente decía: “Mírala, allí está” Prefería pasar, al fin y al cabo era una chica de 14 años que se había quedado huérfana. 

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