sábado, 29 de octubre de 2011

Capítulo 33.

Por fin eran las 11, comenzaba el infierno, uno de los peores momentos que me habían sucedido. Aquel sacerdote de estatura media comenzó la misa, no me enteré de absolutamente de nada.  Es más, era la primera vez que iba a un entierro, que coincidencia, al de mi madre.
-Ana, ya ha terminado-me dijo Niall dándome un codazo.
-Ah, ¿ya?- dije sorprendida-¿Y ahora qué? Lo siento, es la primera vez que voy de entierro.
-¿Ves esas escaleras? –Dijo señalando las escaleras de delante del altar-Te pondrás allí, la gente pasará para darte el pésame.
-Está bien-dije levantándome del banco.
Cogí fuerzas y sobre todo, aire,  me situé en aquellas escaleras, como me había dicho Niall. Poco a poco se fueron acercando gente, la mayoría ni siquiera la había visto en mi vida.
Cuando creía que ya había pasado todas las personas, aparecieron ellos, aquellos maravillosos chicos, aquellas espectaculares personas.  Aquellos cinco amores, mis chicos.
-Lo siento Ana, de verdad-dijo Harry.
-No pasa nada, no te preocupes. Gracias, gracias de verdad chicos-dije refiriéndome a todos.
-Para eso estamos aquí pequeña-me dijo Lou guiñándome el ojo.
-Lo sentimos…-dijeron María y Claudia acercándose.
-Gracias chicas a vosotras también por acompañarme en este día.
Me acaba de dar cuenta que ya estábamos solos en la iglesia, ya se había ido todo el mundo.
-Creo que es hora de que volvamos a casa, ya es tarde y tenemos que comer-dije- Clau, María-dije mirándolas- veniros a casa a comer, me sentiré más acompañada aún con vosotras allí.
-De acuerdo, nos quedaremos a comer-dijeron las dos a la vez.
-Venga, volvamos a casa-dijo Niall agarrándome de la espalda. 

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